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Mostrando las entradas de julio, 2022

Trotamundos. Capitulo 5. Un aguardiente y una arepa lejos de casa.

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 La salida de Sri Lanka abrió un nuevo paraguas en la vida de Leiva, que a sus 26 años estaba transitando la crisis del cuarto de vida. No había hecho la carrera que él pensaba, y se culpa porque claramente que no la va a hacer: sin contactos, sin haber sido futbolista, con un curso de DT caribeño, claramente el camino no iba a ser el de Zinedine Zidane ni el de Marcelo Gallardo. ¿Y se podía vivir así? ¿O es momento de buscar algo en otro lado? Otra salida, otra experiencia, un laburo en serio como diría el nono. Estaba hippeando en una playa esrilanquesa con un sueldo de DT en un país que se moría de hambre. Claramente no era la vida que se puede sostener por mucho tiempo.  Aplicó a una visa work and travel y dijo por qué no. Es ahora, es momento de lavar copas, de hacer el laburo que otros no quieren hacer en un país extranjero y vivir el argentinean dream  pero sin hablar mal de su patria. Hizo una breve escala en India para volver a visitar algunas ciudades de ese paí...

Trotamundos. Capitulo 4. Un poco de té de Ceilán

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 Extrañar. Extrañar es una acción tan común y necesaria para el ser humano y más cuando las gestas son grandes y los sacrificios mayores. Extrañar nos vuelve tangibles, sensibles, nos predispone y nos abre hacia un mundo que toca la fibra más intima de cada uno. Esa nostalgia de un sentimiento pasado es tan real que carcome cada segundo de nuestra vida de quererlo. Ya van cinco meses que Leiva no toca un campo de fútbol. Ha vuelto a Buenos Aires y el cuerpo le pedía un cambio. Renunció a Nicaragua por WhatsApp y se quedó en Sudámerica. Poco le importó la CONCACHAMPIONS y la gloria que (imposiblemente) se podía llegar a conseguir. El cuerpo le pedía porteñidad y él obedeció como se obedece al bolillero de la vida.  Recorrió Córdoba, viajó a Salta, conoció las Cataratas pero al terminarse toda esa efusividad, en la verdadera espuma que queda al final del vaso, Leiva extrañaba dirigir. Fueron tres años de aventuras caribeñas que necesitaba otra cosa, viajar, conocer, y recorrer e...

Trotamundos. Capitulo 3. Bajo la pluma de Rubén.

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Ya hacía tres años que no pisaba suelo argentino. Hacía tres años que su barrio estaba olvidado en los anales de su memoria. Hacía tres años del último tres cuarenta y tres, tres años del último pancho en la estación, tres años del último asado o de la última noche porteña. Y acercandose junio y ya sin las obligaciones en Puerto Rico, el Trotamundos casi vuelve. Es más, tomó el vuelo con destino a Nueva York y hasta se quedó una noche en la Gran Manzana. Pero el destino lo puso a andar. Le desemplovó los zapatos y le dijo, es ahora. Y atendió el teléfono, corrió hacia el Kennedy, canceló su pasaje en Aerolineas Argentinas y aceptó el que le dió el club. Capítulo 1: St Kitts y Nevis Capitulo 2: Puerto Rico El avión aterrizó en Managua, previa escala en San Salvador y Leiva se fue directamente hacia la parte de llegadas y ya había algunos noteros. No pasaba desapercibido que el argentino campeón en San Cristóbal y en Puerto Rico iba a ser la cabeza de uno de los dos cuadros más important...

Trotamundos. Capitulo 2. Tu mano pequeña diciéndome adiós

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Tras esa noche de embriaguez sancristobaleña con Gumbs, llegó el momento de decidir su futuro. Sabía que quería ir a una liga de un poquito más prestigio y también salir de las Pequeñas Antillas para recalar en otra zona geográfica pero que no era el momento de dejar Centroamérica. Buscar algo diferente pero en cierto punto, similar. Estuvo en Cayena, en uno de esos lados que no te pensas en tu vida conocer, a punto de cerrar todo con el Agouado de la Guyana Francesa cuando sonó su télefono, habló y al final se escucho "nos dijo que ya nos llama pa trás" Las calles francesas de Cayenne eran el refugio de Leiva que pensaba dirigir en las Guyanas, sin exito entre mayo y junio en Surinam, escuchó ofertas en la colonia francesa y tenía casi todo cerrado pero esas noches de ron no eran posibles en un país en euros y dilataba sus opciones con esperanza que en algún momento el teléfono sonara. Y una noche de julio, sonó. Y automáticamente se fue al aeropuerto y recaló en escalas lar...