Trotamundos. Capitulo 4. Un poco de té de Ceilán

 Extrañar. Extrañar es una acción tan común y necesaria para el ser humano y más cuando las gestas son grandes y los sacrificios mayores. Extrañar nos vuelve tangibles, sensibles, nos predispone y nos abre hacia un mundo que toca la fibra más intima de cada uno. Esa nostalgia de un sentimiento pasado es tan real que carcome cada segundo de nuestra vida de quererlo. Ya van cinco meses que Leiva no toca un campo de fútbol. Ha vuelto a Buenos Aires y el cuerpo le pedía un cambio. Renunció a Nicaragua por WhatsApp y se quedó en Sudámerica. Poco le importó la CONCACHAMPIONS y la gloria que (imposiblemente) se podía llegar a conseguir. El cuerpo le pedía porteñidad y él obedeció como se obedece al bolillero de la vida. 

Recorrió Córdoba, viajó a Salta, conoció las Cataratas pero al terminarse toda esa efusividad, en la verdadera espuma que queda al final del vaso, Leiva extrañaba dirigir. Fueron tres años de aventuras caribeñas que necesitaba otra cosa, viajar, conocer, y recorrer el mundo. Y en esa hippeada recaló en el lugar donde todos los hippies van a sentir culpa: la India. Sin embargo, en este caso las cosas fueron diferentes y tras pasar año nuevo en Nueva Delhi, llamó a un club, él y se ofreció.

Llegó a Colombo como un turista más. Lejos estaba el recibimiento en Managua del año anterior, no entendía nada ni sabía dónde estaba parado. Y un poco, se arrepentía pero lo tenía que hacer. Una corazonada sintió en ese bar de Nueva Delhi donde leyó que un club de Sri Lanka se quedaba sin técnico. ¿Por qué esa noticia resaltaba ahí? ¿Por qué lo leyó? ¿Por qué uso su traductor para ver los caracteres en el celular? Pero allí estaba, llamando y en un inglés horrible pactando una entrevista y un viaje a Sri Lanka. 

En el tuk tuk hacia Katunayake solo pensaba cómo le explicaba a la dirigencia quién era, lo que había conseguido en el Caribe y en Centroamérica y por qué carajo un argentino de 25 años que dirigió en tres países diferentes al suyo quería agarrar a un equipo de Sri Lanka, en el culo del mundo, que estaba peleando por no irse al descenso. Y peor aún, eso se lo tenía que explicar a la FUERZA AEREA. 

Se paró en frente del plantel como Aureliano Buendía frente al pelotón de fusilamiento y se propuso explicar en un inglés muy retorcido con un intérprete al cingalés y el tamil. El club de la Fuerza Área había sido campeón en 2013 y ganó una copa de Sri Lanka también pero lamentablemente estaban de capa muy caída en el campeonato peleando el descenso. Para Leiva no solo era un retroceso, de dirigir un grande centroamericano que pelearía competición internacional a dirigir de forma amateur en un equipo que pelea el descenso en una de las ligas más flojas de Asia. Pero bueno, así es la vida y así son las cosas. 4-3-3 y a otra cosa, de lo que hayan entendido él no se podía hacer cargo. 

Plantilla

El equipo es malo con honores, y eso es elogiarlos. La plantilla es muy precaria pero para la linea esrilanquesa es bastante. Lo mejor del año fueron los dos newgens que no llegamos a usarlos mucho pero que estuvieron presentes. 

Calendario

La aventura en el sur de Asia duró 12 partidos, donde empezamos con derrota ante los terceros, el New Youngs. Luego, vinieron 4 victorias seguidas, y solo tropezamos una vez más para finalizar nuestro mandato con 8 victorias, 2 empates y 2 derrotas en lo que fue un corto y breve paso pero seguramente le cambiamos la imágen al equipo que finalizó octavo

La renuncia

Terminada la liga, se va a tomar unas cervezas a las hermosas playas del sur esrilanqués. Nunca estuvo cómodo y tarde o temprano, las corazonadas se terminan y los veranos se marchitan en otoños de tristeza y nostalgia que se traducen en incomodidad. Y es eso lo que siente, no pertenece a este mundo, no le gusta y es hora de mandar un fax, agradecer por haber despuntado el vicio y seguir viaje. ¿A dónde? No lo tiene escrito todavía.